DIVULGACIÓN

EL MEDIO COMO PUNTO DE PARTIDA

Figura 1.- Mapa de densidad de población por municipios.

Gran Canaria tiene forma redondeada de unos 50 km de diámetro, una altura de 1.949 metros y una superficie de 1.554 km2 soporta una población de 807.049 habitantes según el Padrón municipal (ISTAC, 2006) lo que se traduce en una densidad media de 517 hab/km2, con un extremo en Las Palmas de Gran Canaria de 3.628 hab/km2 (Figura 1). El crecimiento y desarrollo de esta población ha sido condicionado por la obtención y el uso del agua y viceversa.

Por otro lado, el origen volcánico de Gran Canaria, al igual que el resto del archipiélago, contribuye a que aumente la complejidad de los problemas que la obtención y el almacenamiento del agua, superficial o subterránea, conllevan. Numerosos pozos secos o presas que no almacenan agua son testigos de esto.


La evoluciĆ³n geológica de Gran Canaria sigue las pautas generales de cualquier isla volcánica de punto caliente, por lo que puede dividirse en dos etapas: juvenil (incluyendo escudo, caldera y post-caldera) y de rejuvenecimiento o post-erosiva, separadas entre sí por un amplio periodo (3 M. a.) de escasa a nula actividad volcánica (Carracedo et al., 2002). A estas dos etapas hay que añadir una previa de crecimiento submarino, aunque en Gran Canaria, al no existir afloramientos de sus materiales, apenas se tienen datos de ella.

Los materiales de la etapa de crecimiento submarino constituyen un basamento sobre el que se sitúan materiales correspondientes a emisiones submarinas, compuestos por lavas almohadilladas, una densa malla de diques y rocas plutónicas, a los que hay que añadir los sedimentos de la capa superior de la corteza oceánica.

La etapa juvenil comprende a su vez tres etapas bien diferenciadas que se corresponden con el crecimiento de un volcán en escudo a partir de un mecanismo de emisión hawaiano, cuyos materiales afloran actualmente en los acantilados del O y SO de la isla, la posterior formación de una caldera de colapso (Schmincke, 1967; Hernán, 1976) y un último periodo de emisión de grandes volúmenes de materiales sálicos desde los bordes de la caldera.

Al final de la etapa juvenil, la isla entra en un largo periodo de inactividad volcánica que da lugar al desarrollo de un relieve erosivo asociado a una red radial de paleobarrancos.

Finalmente, la etapa de rejuvenecimiento, que se prolonga hasta la actualidad, comprende varias fases de actividad volcánica que se agrupan en: Roque Nublo (con la formación de un gran edificio central) y Post Roque Nublo.

Las unidades magmáticas independizadas, en orden cronológico son:

  • Formación Basaltos Miocenos: constituida por lavas basálticas con algunos niveles piroclásticos y diques básicos. Sus afloramientos principales se localizan en el Oeste de la Isla.
  • Formación Sálica: compuesta por lavas vitrofídicas e ignimbritas en el interior de la caldera de Tejeda y productos piroclásticos, ignimbritas y brechas producidas fuera de la caldera aflorando al exterior principalmente en el Sur y Suroeste.
  • Formación Roque Nublo: son coladas básicas, que evolucionan a materiales tefríticos y fonolíticos intercalándose niveles piroclásticos y depósitos detríticos.
  • Formación Post Roque Nublo: se encuentran al norte de una línea estructural que, con dirección noroeste-sureste, divide a la isla en dos mitades.

Las unidades sedimentarias presentan una menor extensión y se corresponden con los procesos erosivos entre los diferentes ciclos magmóticos.

Hidrogeológicamente, las formaciones diferenciadas mejoran su comportamiento con su modernidad, ya que, probablemente los factores más negativos son los que se generan con el paso del tiempo como la compactación, la alteración, la mitificación y el relleno de fracturas. Sin embargo, en cada una de las formaciones pueden ocurrir circunstancias que favorezcan localmente el comportamiento hidrogeológico, como son las litologías del depósito, las relaciones de superposición entre las formaciones y los elementos distorcionadores de flujo (diques, pitones y almagres).

A pesar de los elementos condicionantes comentados, en general, el funcionamiento hidrogeológico insular, se caracteriza por la existencia de un acuífero único con flujo radial desde la cumbre hacia la costa, en el que se pueden diferenciar unas zonas de preferente almacenamiento y circulación (litologías favorables, diques fracturados o niveles escoriáceos) y otras que lo dificultan.

Los parámetros hidráulicos de las distintas formaciones fueron evaluados en el proyecto SPA-15, y se resumen en el siguiente cuadro:

Tabla 1 .- Parámetros hidráulicos de las formaciones de Gran Canaria, SPA-15.

FORMACIONES Permeabilidad

(m/día)
Transmisividad

(m²/día)
Coeficiente de
almacenamiento (%)
(m²/día)
Basaltos Miocenas 0,05 - 0,5 5 - 20 0,5 - 1
Sálica 0,10 - 0,50 5 - 10 0,010 - 0,5
Roque Nublo 0,30 - 0,75 25 - 50 1,5 - 3,5
Post-Roque Nublo 0,20 - 1 10 - 200 1 - 2
Detríticas (relacionadas con las
formaciones anteriores)
1,5 - 8 50 - 200 3 - 5
Detríticas (actual) 2 - 25 200 - 800 5 - 10

Como puede observarse el coeficiente de almacenamiento es el parámetro que sufre menos modificaciones, ajustándose para cada formación, un valor muy definido.

Las transmisividades presentan un amplio margen de variación, cuanto mayor es el valor medio de cada formación, indicando la mayor homogeneidad de los materiales más antiguos.

Las permeabilidades son generalmente bajas, y tienen unos límites de variación amplios. En la figura 2 se puede observar la distribución espacial de los materiales según su permeabilidad.

Figura 2 .- Distribución espacial de los materiales según su permeabilidad.